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El futuro de la energía se está fraguando en Asia



Es curioso que el continente asiático sea el pionero en exponer la energía renovable como la solución a muchos problemas a pesar de tener los altos índices de contaminación en el mundo, la descarbonización está cambiando el rostro de la energía y la economía mundial en más formas de las que la mayoría de los consumidores e incluso la mayoría de los ejecutivos aprecian.

De acuerdo con el estudio de BP, indica que Asia representa el 43% de la demanda mundial de energía para el 2040, y hasta ese año, la región representará más del 50% del crecimiento de la demanda, lo que significa que se verá obligado a buscar nuevas alternativas de producción energética para poder abastecer este enorme consumo.
En términos más explícitos, el continente asiático tiene el mayor panorama para crecer energéticamente, a pesar de que, como ya lo habíamos comentado anteriormente son el continente que ya se encuentran entre los más importantes proveedores de energía y tecnología no basada en combustibles fósiles. Cuenta con 6 de los 8 productores de energía solar a nivel mundial siendo un gigante inalcanzable para competir, sin dejar atrás que china ya liderea la generación de energía hidroeléctrica en el mundo.

A medida que avanza la electrificación del transporte y crece la demanda de soluciones de almacenamiento de energía renovable, es probable que China también monopolice este sector. China produce al menos dos tercios de la capacidad de producción mundial de baterías de iones de litio, que se utilizan en vehículos eléctricos, teléfonos móviles y ordenadores portátiles (según algunas estimaciones, su cuota se acerca al 70%), y parece probable que conserve ese liderazgo hasta por lo menos 2028. Además de ser el mayor mercado para los vehículos eléctricos, China también controla el grueso de la producción.

Pero a pesar de todos estos datos, el continente también sigue apostando por la producción de energías fósiles también incrementando gradualmente el índice de contaminación en todo el mundo, tan solo imagínenlo, un monstruo industrial como lo es el continente es comparativo a las inmensas nubes tóxicas que expulsa día con día.
Debemos tener un objetivo en mente, que no solo deba ser competir en la construcción de nuevas alternativas eléctricas, quizá trabajando de la mano con otras potencias mundiales se podría construir una alternativa para asegurar el futuro energético mundial y poder seguir generando avances.