Registro en línea 2019

Solar Impulse I

El pacto entre Helios y Céfiros: La épica del primer avión en dar la vuelta al mundo impulsado por energía solar.

De Abu Dhabi a Abu Dhabi alrededor del mundo, en 505 días y 17 etapas, sin usar una sola gota de combustible. Una hazaña sin precedentes realizada con el propósito de promover el uso de energías limpias.

El Proyecto

Hace 13 años, la iniciativa del psicoterapeuta y explorador suizo Bertrand Piccard, de volar sin usar combustibles fósiles, utilizando paneles solares para generar electricidad que pudiera almacenarse en baterías y con ella hacer funcionar motores eléctricos que permitieran a un avión seguir volando durante la noche, recargarse al día siguiente y continuar así indefinidamente, fue el primer paso de un proyecto cuya realización acaparó, no hace mucho, la atención mundial, debido a sus características de sustentabilidad y de uso novedoso de tecnologías.

La idea fue presentada inicialmente a la Politécnica Federal de Suiza que, inmediatamente, comenzó un estudio de viabilidad, el cual fue encabezado por el empresario y piloto André Borschberg. Cuando la industria de la aviación consideró que era imposible construir la nave propuesta: un monoplaza más ancho que un avión Jumbo, cubierto de paneles solares sobre las alas, cuatro motores eléctricos y el peso aproximado de un vehículo familiar, Piccard y Borschberg decidieron construirlo ellos mismos.

Así, en 2005 nació Solar Impulse, el proyecto para desarrollar el prototipo de un avión de autonomía casi ilimitada, propulsado únicamente por energía solar fotovoltaica durante el día, y a la vez, capaz de cargar las baterías que le permitieran mantenerse en el aire durante la noche. El costo previsto aproximado fue de 90 millones de dólares y en un principio tuvo problemas de financiamiento, pero luego fue respaldado por empresas privadas como Solvay, Omega SA, ASEA Brown Boveri Group, el Deutsche Bank y Altran, Swisscom. La École Polytechnique Fédérale de Laussane – EPFL-, la Agencia Espacial Europea –ESA – y Dassault Systèmes también participaron aportando su experiencia tecnológica.

Solar Impulse I

El diseño del aparato fue concebido para minimizar el consumo energético, por lo que se utilizaron fibra de carbono y materiales ligeros para reducir su peso. Las primeras estimaciones suponían una envergadura de 61 metros - debido a la gran superficie requerida para instalar aproximadamente 12,000 células fotovoltaicas – y un peso de 1,500 kilogramos. Finalmente, la envergadura fue de 64.3 metros – similar a la del Airbus A340 – con una superficie alar de 204 metros cuadrados, 21.85 metros de longitud y 6.4 metros de altura, y un peso de solo 1,600 kilogramos – similar al de un automóvil mediano -. El avión fue dotado de cuatro pequeños motores eléctricos de 7.5 KW -10 CV – cada uno, para mover una hélice hasta velocidades de 400 revoluciones por minuto. Los motores se alimentaron por medio de 11,628 células fotovoltaicas que almacenaban el excedente de energía en baterías de alto rendimiento. La velocidad de crucero del avión era de 70 kilómetros por hora. Su diseño del avión, bautizado como Solar Impulse, le permitía también volar mediante planeo reduciendo prácticamente a cero el consumo eléctrico instantáneo. El almacenamiento y la capacidad de planeo le hacían posible volar de noche.

photo